Ese año encadenamos 8 victorias consecutivas hasta caer en la décima jornada con el Valencia (2-0). Ese año el Cholo tenía muy claro sus objetivos… entrar en Champions, algo absolutamente instrumental en el devenir económico y deportivo de la entidad y lograr un título que mantuviera la ilusión de la afición y su fe inquebrantable en este equipo. Como todos sabéis, ese objetivo, después de tirar la Europa League contra el Rubin Kazan, fue la copa del rey, el sorteo nos favoreció, en el sentido de que Madrid y Barcelona iban por un lado del cuadro y nosotros por el otro y lo aprovechamos para plantarnos en la final del 17 de mayo en el Bernabéu y después de 14 años de sinsabores ante el eterno rival darle la puntilla cuando, como y donde más duele, en su casa, remontando y logrando la décima… casi nada.
Es decir, la temporada I de Cholo al frente del equipo desde el inicio, se saldó con ambos objetivos cumplidos y lo que es más importante, después de haber logrado la Europa League en su primera media temporada la afición del Atleti, así como el resto del mundo del fútbol, tenía claro que volvíamos al lugar que nos corresponde, la élite… y además para quedarnos.
La pasada temporada el objetivo del Cholo tenía que subir un peldaño, jugábamos Champions y ese es un reto y un desgaste enorme que no podía ser tomado a la ligera y el equipo volvió a empezar la temporada como una moto con el claro objetivo de entrar en octavos en la Champions y volver a asegurar un puesto en dicha competición para el año siguiente. La preparación fue tan sensacional, que el equipo sólo se dejó en la primera vuelta de la liga 7 puntos, con un solo partido perdido, ante el Espanyol (1-0). En la fase de grupos arrasó cediendo sólo un empate ante el Zenit y siendo el primer equipo clasificado. Todo esto derivó en una inercia tan brutal, que nos llevo, partido a partido, a conseguir un hito difícilmente igualable… ganar la liga a los todopoderosos Barça y Madrid y a estar a dos minutos de llevarnos la Champions.
Ni que decir tiene, que aunque no creo que el objetivo del Cholo fuera tan ambicioso, si que llegó a impregnarnos a todos con la sensación de que a un partido podemos con cualquiera y que si dividimos las competiciones en partidos y lo damos todo en cada uno de ellos el único límite es la gloria. Es decir, temporada II y objetivos cumplidos con creces.
Dicho todo esto llegamos a la temporada 2014/2015 y cuál es mi sorpresa al comprobar, que pese a ganar la supercopa con todo merecimiento al vecino rico, llegamos a la primera jornada y somos incapaces, no ya de ganar, sino de hacerle un solo gol al vecino pobre, el Rayo y lo que es más grave, con la sensación de falta de fondo físico alarmante, cuando en la temporadas precedentes volábamos.
A pesar de que en la tercera jornada volvimos a liarla en el Bernabéu y Arda nos dio otra victoria allí, el equipo a día de hoy, en nueve jornadas se ha dejado tantos puntos como en las 17 primeras de la temporada anterior. Esto, unido a los múltiples cambios de jugadores y algunos hechos puntuales, pero muy significativos… derrota en Atenas ante Olympiakos, recibiendo ¡3 goles! o el sorteo criminal de copa que nos llevaría a jugar consecutivamente, si pasáramos, con Madrid y Barcelona me reafirma en la teoría de que este año… el Cholo tiene dos objetivos muy claros, pero uno de ellos primordial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario